Los principios básicos del bullying

Aprende a identificar el acoso escolar y a ponerle un freno.

Vas caminando por el pasillo entre clases cuando un compañero te da un golpe con el hombro y se aleja sin disculparse. ¿Eso es bullying? ¿Qué tal si te da un golpe cada vez que te ve y luego te dice que ya dejes de ser tan sensible cuando le pides que pare? ¿Eso cuenta como acoso escolar?

En el primer caso, la respuesta es no. El comportamiento es grosero y molesto, sin duda, pero no puedes dar por hecho que la persona lo hizo a propósito, y además solo ocurrió una vez. En el segundo escenario la respuesta es sí. Ese comportamiento sí cuenta como bullying, acoso o abuso escolar. La maldad y el daño son intencionales, y ha sucedido reiteradas veces.

La palabra “bullying” se usa mucho hoy en día, pero puede ser difícil saber qué comportamientos cuentan como verdadero acoso escolar. El mismo tipo de acciones pueden considerarse bullying o no dependiendo de quién sea la persona, de cuáles sean sus intenciones y de si el comportamiento se repite. Aunque sin duda es importante abordar cualquier tipo de comportamiento que te hiera, te enoje o te entristezca, también es importante entender qué es y qué no es el acoso escolar.

Consultamos a dos expertos que investigan el tema del abuso escolar para aclarar ciertos mitos comunes acerca del bullying. También nos brindaron consejos sobre cómo hacerle frente. Completa nuestro cuestionario para evaluar tus conocimientos sobre el bullying y haz un repaso de los principios fundamentales de este comportamiento inaceptable, para poder ayudar a prevenir el acoso escolar y saber qué hacer si te ocurre a ti.

1. ¿Hecho o mito? El abuso escolar puede darse entre amigos.

¡Hecho! “Es normal que los amigos tengan conflictos, que discutan y tengan desacuerdos —dice Stephanie Frederick, una profesora que estudia el bullying—. Pero a veces el equilibrio de poder en las amistades empieza a cambiar y eso puede llevar al acoso escolar”. En lugar de adquirir las típicas formas del abuso escolar, como los empujones o los insultos, el bullying entre amigos es más sutil. Puede manifestarse como un amigo que intenta controlarte, excluirte o menospreciarte frente a los demás.

2. ¿Hecho o mito? El bullying en persona es más común que el ciberacoso.

¡Mito! El término ciberacoso, o cyberbullying, se refiere al bullying que ocurre en línea en lugar de cara a cara. “Consiste en usar computadoras, teléfonos celulares y demás dispositivos electrónicos para amenazar, hostigar, maltratar, excluir o esparcir rumores sobre los demás”, dice Justin Patchin, un profesor que estudia el acoso escolar. Este tipo de comportamiento ha estado creciendo en los últimos años. Según un estudio de 2023 del Cyberbullying Research Center, ahora es más común que el abuso en persona. Una de las razones puede ser que los adolescentes pasan mucho tiempo de sus vidas en línea. El hecho de que la gente pueda esconder su identidad detrás de nombres, fotos y perfiles falsos en línea también podría ser un factor en el aumento del ciberacoso.

3. ¿Hecho o mito? Si te hacen bullying, involucrar a un adulto sólo empeorará las cosas.

¡Mito! Ser víctima del acoso escolar puede hacernos sentir muy solos. Tal vez sepas que necesitas pedir ayuda, pero la sola idea de contarles a tus padres o a tus profesores puede darte miedo o vergüenza. Es fácil imaginar que le contarán a todo el mundo o que irán directo al abusador. Tal vez te preocupe que eso pueda empeorar la situación.

Pero Frederick sostiene que esos miedos a menudo son infundados. “Hay muchos adultos que pueden escucharte y ayudarte a resolver problemas”, dice. Empieza por elegir a un adulto en quien confíes. No tiene por qué ser uno de tus padres. Puedes contarle a un profesor, a un trabajador social de la escuela, a un vecino o al entrenador de tu equipo.

Un adulto de tu confianza seguramente pueda ayudarte a resolver tu problema tras bastidores. Eso podría significar cambiar de asiento en el salón de clases, asegurarte de que tu calendario de clases no se superponga con el del acosador u ofrecerte un lugar seguro donde almorzar hasta que la situación mejore. También pueden ayudarte a llevar un registro del comportamiento e informar a las autoridades si hiciera falta.

4. ¿Hecho o mito? El bullying afecta a todos los involucrados.

¡Hecho! Tal vez creas que la persona que recibe el acoso es la única afectada. Pero resulta que este comportamiento les pasa factura a todos los involucrados. Eso incluye a la víctima, a los testigos del abuso y hasta a la persona que hace el bullying. “Las investigaciones son muy claras sobre que el acoso escolar tiene un impacto negativo en la salud mental de la gente que lo ejerce”, dice Fredrick. El que abusa de otra persona es también más propenso a consumir sustancias peligrosas como drogas, e involucrarse en comportamientos riesgosos en los que se ignoran las reglas. Y los estudios han demostrado que a menudo ellos mismos son víctimas del bullying.